jueves, 8 de julio de 2010

CUENTOS FAMILIARES

DE LA CARPETA DE LA SOLEDAD...

Hay días que estorban, que te pasean los años por encima y pesan mucho mas que los kilómetros recorridos; y cuando caes en cuenta que la garantía ya se venció y como diría el siempre bien ponderado mi Brocolo "ya no mas si reclamas perdida total te la dan por buena”

Esos días se vuelven como libro de Stephen King donde estas al borde de que algo fuera de lo normal pase. Afortunadamente para mi, fan como soy del señor King siempre hay una sorpresa; pero no así en la vida diaria, como hoy que ha llovido todo el día en el defectuoso y no pasa gran cosa aunque por dentro a algunos se nos desgarren todas las certezas.
La verdad es que como diría un querido patrón: “pues si no pasa nada, provoca que pase”; claro que el se refería a generar notas para un noticiero...

Pero entonces ya que tengo otra vez el orden de los pretextos, tras intentar que algo pasara –digo emocionante- terminé un guión para el programa del sábado en radio red (BUEN FIN DE SEMANA), en donde recomendaremos unos cursos de Verano, el de Aranda de actuación –que es una delicia-, y el de la escuela DIM de José Luis Domínguez –la mejor opción la neta para aprender a ser músico sin el rigor del Conservatorio o de la Superior de Música-, claro que también voy yo con unas visiones para pasar entre libros las vacaciones de verano.
Además de irme al gimnasio –cuestión no de estética sino de salvaguarda para los que conviven conmigo porque la verdad sin eso ando matando a alguien-.
Después un mail personal que de tan empalagoso me obligó a sentarme en un balde de agua para que no se me subieran las hormigas –pero era neto, así que asumo toda responsabilidad que emane de él-

Y ahora, como disciplina de oficio, me toca ponerle algo a este diario-blog; a ver si pasa que se me mueve algo mas que esta sensación de cumplir con la chamba y claro, mi recién redescubierto aliento romántico donde mando un mail para tirármele a los pies a un personaje! (HÁGAME USTED EL FAVOR!)

... La verdad andaba buscando un cuentito de hace unos años, pero creo que se fue en la pérdida de sistemas operativos –de las que soy cliente por cierto- así que opté por uno no muy alegre..., pero es quizás el que debe ser; el cuento que escribí a la muerte de mi abuela, la mujer mas intensa de toda mi vida...

Por aquello de que un par de amigos me preguntarán porque jamás he querido publicar ningún cuento, aquí la respuesta mas sencilla, porque libros hay muchos y tristemente muy pocos lectores; así que este lo subo a la red para todos aquellos que en sus ausencias encuentran que nuestros muertos nunca se van; siempre hay algo de ellos que alimenta nuestras energías, como decía mi abuela, “Tú habla aunque no te respondan o aunque no escuches claramente la respuesta..." por ello Ibae... Gloria, Ibae Eggungun adorada!

Así que ire para los que como yo, caminan con la ausencia en cada poro de la piel....


ASI DEBIO SER /// Cuento para Gloria GarciaVigil


… Con una lentitud que resultaba casi dolorosa pasaron las últimas horas...

Los médicos y las enfermeras entraban con un sigilo patentado en película de suspenso;
al fin, extras de un cortometraje, que les era absolutamente ajeno…

Mi abuela, en una paz tan real que me parecía un contraste casi grotesco...
Toda la familia -incluida la que jamás había yo visto-, pasó aquella tarde por el hospital: tíos, primas, sobrinos e incluso personajes que habían tenido algo que ver con la parentela y que evidentemente a mi abuela le importaban muy poco, porque apenas recordaba sus lazos con nosotras.

Yo permanecía arrinconada sobre un sillón. La abuela incluso bromeó con eso:

- Pareces un gatito que espera la menor provocación para brincar!-

Mi siempre adorada abuela no dejaba pasar un instante, y a pesar de mas de cuatro semanas sedada lucia tan brillante como cuando yo era niña y la merodeaba al grado de que me aventaba chanclas con una impecable puntería que invariablemente atinaba a menos de un centímetro de mi cuerpo...

Era la misma abuela extravagante que un día, cuando le dije que no podía más y que me marcharía de casa de mi madre –su hija-, me dijo con una gran sonrisa:

- Nunca olvides que la vida es una cuerda, tú decides si te amarras a ella o si te la enredas en el cuello y te ahorcas...
¡Ah!, y no me preguntes si estoy de acuerdo. Nunca te preocupes por eso hasta después de que tomes tus decisiones-

Esas dos frases me dieron toda la ilusión en mi vida y si bien es cierto que me he equivocado casi un vez por decisión tomada, también es cierto que aproveché cada circunstancia.

Como la fábula que ella misma me contó de pequeña: la del burro que el campesino decidió no sacar del pozo en el que había caído porque era demasiado viejo y no valía la pena el esfuerzo. Para que el animal no sufriera echó tierra para taparlo, sin pensar que éste usaría cada paletada, para acomodarse encima, hasta lograr llegar hasta arriba y salvarse.

Pero también es cierto que mi carácter siempre ha sido esencialmente el de un animalito que se cree en peligro de extinción y solo necesité el momento para dar mi patada de burro viejo, cuando llego la famosa tía quinta o sexta -¡ni me acuerdo!-, la ex de un tío -que tampoco recuerdo-, se atrevió a mirarme con una cara de confidencia ensayada mientras decía:
- “Hay niña. ¡Yo sé lo que sientes!”-

En mi descargo diría que de entrada solo mascullé:
- “Usted no tiene ni idea de lo que siento”-

La susodicha me miró con una insolente soberbia mientras preguntaba:
-“¿Que dijiste niña? ¡Agradecida deberías de estar de que viniéramos a ver a tu abuela”-

Mi abuela soltó una carcajada, mientras yo pegaba un brinco para ponerme de pie frente a la bruja esa, cerré los puños en su fina blusa mientras le decía directo a los ojos:

- “Míreme bien señora, lo que dije fue que: USTED NO TIENE NI LA MAS PINCHE IDEA DE LO QUE YO SIENTO!...

Obviamente la fulana se fue sin despedirse...

La abuela con una sonrisa de lado a lado de la cara me dijo:
- Tranquila. Todavía falta mucho, cuando por fin llegue el final seguro te va a ir todavía peor... -

Y como siempre la abuela tenía razón. Faltaban por llegar todos aquellos, cercanos y lejanos que se habían olvidado de ella, pero que por un descarado morbo llegaron a verla viva por ultima vez.

No faltaron por supuesto los nietos llorosos pidiendo perdón, besando sus mejillas, hablando de los bisnietos, que no llevaron, claro, por la situación; aunque les llevarían su bendición, si ella quería…

Mi abuela ya no quería nada, mi abuela solo quería morirse, y por eso
los escuchó a todos, les sonrió a todos; los vio llorar, pero no lloro con ninguno…

La abuela tuvo una vida fuera del tiempo: cumplió con sus cláusulas en los términos del contrato que incluía los apartados de ser mujer, pero a su manera; siempre aprovechando el margen para escribir sus convicciones.
Hizo conmigo todo lo que pudo y lo que hizo fue sencillamente maravilloso; incluso en ese último momento…

Conforme empezó a llegar el ultimo tiempo, el pasillo a un lado de su habitación se fue desalojando, incluso casi al llegar la hora el gran ventanal lucia casi abandonado excepto por las enfermeras y algunos de mis tíos; sus hijos.

En la otra ventana, la que daba a la calle, se empezaba a insinuar un hermoso atardecer matizado de tonos rojos, naranjas y azules, tras una sorpresiva lluvia de verano.

Mi abuela me miraba y sonreía. Toda yo lloraba aprovechando que mi cerebro había decidido decentemente dejarme libre a mis sensaciones.

Sabia que cualquier argumento era estúpido contra aquella maquina que la mantenía viva... , todo esfuerzo más era estúpido; aquella situación era estupida: nadie vive en un cuerpo que ya no sirve, -pero carajo-, nadie muere cuando esta tan vivo por dentro!…

El reloj caminaba sus últimos pasos hacia la siete de la noche, mi abuela me pidió que la acomodara en las almohadas.
Al abrazarla sentí su piel lisa y fría, sin querer vi el color de su espalda que parecía atravesada por decenas de gordos gusanos verdosos.
Tragué saliva tan fuerte que me dijo:

- Se sienten como se ven. No soy yo, mi amor. Yo quiero vivir.
Pero ya no puedo. En este cuerpo ya no. Ya ves, este cuerpo ya no quiere vivir -

…………………En ese instante el médico responsable llegó rodeado de un sequito, enfermeros y asistentes. Parecían la custodia de aquel hombre que evidentemente estaba pasándola mal –había sido el doctor de mi abuela 20 años-, pero no tenia manera de mostrarse dudoso ………

……… Los hijos de mi abuela estaban ya todos en el ventanal.
Todos y cada uno de ellos. Ni uno faltaba ………

………El medico explicó que sería cuestión de unos minutos y que si tenía algo pendiente debía hacerlo de una vez...
La abuela levantó con dificultad un brazo como para el saludo/despido de su prole.

Y le indico al médico que se quedaría a solas conmigo………

La abuela pidió que rezara con ella:

- Abuela, tu no rezas – le dije con desgano
- ¿Eso crees de verdad? – cuando la escuché supe que muchas cosas sobre ese ser humano tendría que volver a pensarlas; solo que al hacerlo ella ya no estaría conmigo para hablarlas,
ya no estaría, nunca mas, conmigo.

Ella solo practicaba una religión: profundo dialogo con la existencia.

Me quedé en silencio, cerré los ojos y la escuché decir:

“ He malgastado muchos días haciendo planes.
Esto no figuraba entre ellos,
Pero en este momento solo ruego vivir bien mis últimos momentos:

Por todo lo que debí haber pensado y no pensé,
Por todo lo que debí haber dicho y no dije,
Por todo lo que debí haber hecho y no hice;
… Por todo eso pido perdón…

Recuerdo el rostro de mi padre
Recuerdo el rostro de mi madre,
Y recuerdo a mis hermanos y hermanas

Me miro aquí, en la línea de mis antepasados.
Desde el principio de los tiempos
me llaman,
Me invitan a que tome mi lugar a su lado,
Ahí, donde las almas pueden vivir para siempre

Hacia allá voy…”

Abrí los ojos y me di cuenta de que me miraba, me había mirado todo ese tiempo:

- Y desde allá, seguiré contigo...- me dijo apretando mi mano

Yo no dejé de llorar. No podía. Ni un solo hueco de aquel recuerdo quedó libre de mis lágrimas.

La abuela movió la cabeza hacia el ventanal.
El medico entró, sólo. La abuela no pudo resistir un último sarcasmo:

-Que bueno que dejaste a los observadores de la ONU afuera.
¡Total que solo se necesita de uno para apagar la maquina ¿no?-

El le besó la mano con una dulce reverencia.
Afuera el abogado de la familia extendía papeles que empezaron a circular entre mis tíos...
Me dolió la razón. Mi abuela volvió a apretar mi mano diciendo:

- No te enojes con ellos. Tienen razón en reclamar algo.
Y piensa: lo mejor de mi te lo di a ti; a ti, y en vida-

Sonrió otra vez. Las máquinas se apagaron y mi abuela suspiró mientras su mano me acercaba a ella…

- No llores más. Te amo, siempre te amé.
.... Déjame ir, por favor.... Me voy en paz-

Me acaricio la cara amorosamente.... El atardecer terminaba; su vida terminaba...

Con una sonrisa cerró los ojos, para no volverme a mirar con esa mirada que siempre me ayudo a vivir…

……… Salí de su habitación y caminé sin detenerme.
Caminé pensando en aquella ruda mujer que de manera suntuosa murió...
Un suspiro y una mirada fiel a una decisión que había hecho porque ya no podía vivir más.
Dueña de sus extravagancias y sus firmezas; la abuela siempre dueña de su vida..., también tuvo el derecho de ser dueña de su muerte…

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-------------------------------------------Pero...
Mi abuela murió un día 2 de Mayo... Yo no he dejado de llorar.
Nunca he dejado de añorarla y de buscarla en su ausencia...
Una mujer de tres primicias vanguardistas:
los seres humanos deben decidir el sexo que quieren tener,
la mujer debe poder elegir cuantos hijos tener
… y las personas deben poder elegir cuando morir.

Sin duda, una abuela adelantada a muchas épocas

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Solo que, la muerte de mi abuela debió ser así, pero no lo fue.

La eutanasia es algo vedado por manipulaciones sociales …
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En descargo tengo que decir que mi abuela se había ganado el derecho de morir en paz, eso quería, y así debió ser…pero no lo fue

… Muy poco de este relato es cierto…

No es cierto que la habitación lucia la tranquilidad por la resolución. No, su cuarto era un pasillo largo con más de diez camas en ella, en donde la desolación se acompañaba de la resignación…un hospital público en donde si alguna vez se tuvo dignidad ahí se va a perder...

Tampoco es cierto que murió relajando sus pensamientos y mirando el atardecer: Tras infartos consecutivos trataron de revivirla nuevamente y a golpes de descarga eléctrica le quemaron todo el pecho…

Tampoco es cierto que todos estábamos ahí. Mi abuela murió en la madrugada, hora en la que no permiten visitas...

Murió sola, en medio de una septicemia y un ataque cardiorrespiratorio.

Murió sola, muchas horas antes de que nos avisaran

Murió sola, absolutamente sola; con un mueca dura en su rostro que no se suavizó ni cuando ya muerta tuve que reconocer su cuerpo y acaricié su cara y le hablé…

Y bueno, tengo que decir también que tampoco es cierto que yo la dejé ir...
Me despedí, sí, de la mejor manera que pude, la tarde anterior a esa noche, la miré y eso si, con un gesto infinitamente amoroso me acarició la cara mientras yo le preguntaba:

- Ahora si ya te vas a morir ¿verdad?-

Ella me respondió como disculpándose:

- ¡Hay chavita!. Si pudiera morirme así. Sin que ya nada me duela, sí, escogería morir aquí y ahora. Y moriría en paz –

Lloré tanto, tirada a los pies de su cama que me tomó de la mano y me dije:

- Chava, por favor. Ya no me necesitas.
Por favor, déjame morirme. Déjame ir ...
¿Que no ves que este cuerpo ya no quiere vivir? –

Del relato esa frase es verdad.... También es verdad que lo mejor de ella me lo dio a mi mientras estuvo viva, y también es cierto que me amaba y yo a ella, y que nos lo dijimos antes de despedirnos…

Supe que había muerto cuando una enfermera absolutamente impávida me dijera que ella me avisaría si ya podía pasar a dar fe del cuerpo,
por supuesto no caminé por el pasillo con la mirada perdida,
mas bien me fui recargando en un pequeño muro hasta que llegué al piso y me quede sentada, perdida en mi misma...
Llorándole como la tarde anterior en que la vi entubada sin rastros de dolor.

Después llego mi familia y se sorprendieron de mi presencia pues nadie había recordado llamar para avisarme...

El dolor también es cierto, tanto como su espalda de tonos verdosos pues filtraba el liquido por la dermis... Y algo mas es cierto: el recuerdo de una tormenta que azotaba la ciudad y su última mirada que guardo como tesoro..., que, ahora, mientras estoy aquí, se que su mirada se asoma desde una parte de dentro de mi....

………………… Mi abuela se encargó de que yo creyera en mi misma,
en mis actos y en mis letras, en mi temperamento y en mi temple………………

Por eso escribí que creo que mi abuela debió haber muerto en paz, se lo ganó a pulso en toda una vida nadando a contracorriente:

Mi abuela debió poder escoger la eutanasia porque era su derecho de dejar completo su paso por la vida…

Así debió ser, , ,
… pero, no fue …

LAURA VIADAS