HONOR A QUIEN HONOR MERECE

HONOR A QUIEN HONOR MERECE!
...................A BAROUSSE Y A BUENDÍA

Quizás por desviación de oficio debo aclara que siempre he sido sinceramente susceptible a cualquier comentario recibido por algo que pude hacer en cualquier medio de comunicación, así que, ¡GRACIAS!.

Creo que iré “confesando” –ahora que he caído en los brazos de esto que es como mis viejos diarios en cuaderno, aunque sin la llavecita para esconderlo de mi jefatura-.

Pero bueno, al caso, la historia detrás de la historia de esta dedicatoria:

En mi pueblo, la perla tapatía, se reconoce: “honor a quien honor merece”. - la neta en el periodismo eso no funciona muy bien, se confunde con los sobrevaluados “créditos” y hay peleas como si ganáramos más por eso, lo cual dicho sea de paso no es cierto-. Pero la exclamación no refiere a darle el crédito a alguien, sino a reconocer la presencia, que parece igual, pero no es lo mismo...

Aunque a la frase me aferró, y a mi reputación –si es que eso existe!-, me remito: el honor de encontrar a seres como estos dos, con un talento y un encanto constante, esos, de verdad, créanme, no se encuentran a diario, o se encuentran, pero se agotan pasado un razonable periodo de tiempo.

Queridos “almas masters” han sido uno de esos regalos del destino –que como dije en el primer subidon: ¡además venían con sus contrapartes femeninas incluidas!-.

Pero ¿porque tanto entusiasmo?, si hacer un blog no es nada del otro mundo ahora. Mas historia detrás de la historia, arranquémonos con las confesiones: mi factura indica que tengo cuarenta años –aunque otro día escribo sobre la garantía vencida por kilómetros excedidos-. De vuelta al tema: la primera vez que me abrieron un micrófono tenia 13 años, la primera vez que publique en un revista tenia 16, cuando empecé en una columna semanal de periódico no había cumplido 18...; en todos estos años que son ya un cacho y varios montones, he cruzado caminos con una inmensa cantidad de gente de calidad sospechosa -de la cual también voy a escribir llegado el momento-, pero entre todos esos encuentros de “variable no controlable” -sobre la calidad de los personajes-, un buen día en la cabina de Radio Educación apareció Angel Buendía y al poco tiempo llego Felipe Barousse. Y digo gracias otra vez...

En el programa de interface –antes interfaz-, aprendo en cada emisión, aunque siendo honesta, tengo una extraña capacidad para aprender fácilmente ¡pero nada supera a mi capacidad para olvidar con el doble de facilidad!.
Así que no se trata de darles las gracias por lo que técnicamente les he querido aprender -sobre el ciberespacio y sus formas-, no, lo que me da para llenar el teclado de letras mayúsculas y signos de admiración es que les aprendí una nueva emoción.

Par de bien queridos catalizadores, gracias, por mostrarme como aprender a arriesgar otra vez!

Caray, después de tantos años de irreverencia personal cuidadosamente armada con una entrega a las comunicaciones, muchas concesiones tambien, pero igualmente enmarcadas por el método donde respondo a fondos y formas; el arriesgue aquí es nada mas para probar como me paso por el arco del triunfo la desconfianza por mi misma...

Joder!
Que carajos?
Me sentía tan traqueteada que no quería arriesgarme a hacer nada nuevo?
( Hágame usted el favor!)

Ahí esta: Honor a quien honor merece; este escenario se los debo al Pro Master Barousse y al Ornitorrinco Buendía, al fin creativos, contagiaron su propia inspiración...
- claro que, digo gracias , pero no garantizo nada ¿eh?; ya saben, luego resulta que se nos crecen los enanos del circo...-

Por ahora, de verdad, gracias a los dos, por ser, –¡al cuadrado claro!-


PD.- Sí, aquello de las mayúsculas lo recuerdo de un programa donde lo dijiste Angel. Dicho sea de paso, fue a propósito. Y “nomas por no dejar”, les cuento, fue con mayúsculas por la emoción –me sentía como si estuviera gritando-, pero IMAGÍNENSE los SENTIMIENTOS ENCONTRADOS, cuando después de armar todo el numerito le llame a mi hijo para enseñárselo y ... NO SABIA COMO ENTRAR AL BLOG!!!!!!!.
Lo primero que pensé: ¿TANTA EMOCION A LO PENDEJO?, pero bueno, no, afortunadamente no, y gracias a los sabios clicks de mi chamaco hoy hasta entre por la vía mas corta...
QUE TAL ¿EH?, igualito a aquello de reactivar mi twitter , y tras amable mail de “procure recordar su contraseña la próxima vez” la volví olvidar; aunque aun confió en que una de estas mañanas encontraré que las dos neuronas que guardan esa información ya regresaron de sus vacaciones; si sucede se los cuento luego ¿va?....